¿Cuántas son las calorías del aceite de oliva? ¿Son muchas o pocas, y qué nos aportan? Seguramente alguna vez nos hemos hecho estas preguntas.
En un país y una cultura como la nuestra el aceite de oliva es protagonista en nuestra alimentación. Y si a esto le sumamos la reciente preocupación de los consumidores por su nutrición, las calorías del aceite de oliva se convierte en un tema interesante para todos/as.
Calorías de una cucharada de aceite de oliva
En primer lugar, para informarnos sobre la composición nutricional del aceite de oliva nos remitiremos a un documento de la Fundación Española de Nutrición (FEN) donde se detallan estos valores.
Según su composición, por cada 100 gramos de aceite de oliva las Kilocalorías (Kcal) ascienden a 899. Así pues, en una cucharada, que vendría a ser de 13 gramos aproximadamente, ascendería a 117 Kcal.
Además de calorías, por cada 100 gramos se aporta también 0,4 mg de Hierro y 5,1 mg de vitamina E
Cuantas calorías tiene una oliva
¿Y las calorías de una aceituna? Pues para unos 100 gramos de aceitunas se calculan unas 150 calorías (kcal). Se trata de una aproximación ya que esta cifra depende de si se trata de aceitunas verdes o negras, además del tamaño de las mismas. En cualquier caso, como se puede comprobar la ingesta de aceitunas no nos aporta unas calorías excesivas en comparación con otros aperitivos que sí son muy calóricos.
¿El aceite de oliva engorda?
Obviamente, sí engorda ya que tiene calorías como cualquier otro alimento. Sin embargo, si se toma en su justa medida dentro de una dieta saludable y equilibrada, con ejercicio físico, puede actuar incluso como adelgazante. Y es que las propiedades del aceite de oliva, y sobretodo del aceite de oliva virgen extra, actúan siempre en beneficio de nuestra salud.
¿Y porqué es tan beneficioso para nuestra salud? Sobretodo se debe al «perfil» del aceite de oliva: cuando hablamos del «perfil» nos referiremos a la composición de sus ácidos grasos.
Así pues, el aceite de oliva se compone de tres tipos de ácidos grasos y en los siguientes porcentajes: Ácidos Grasos Simples (17 %), Ácidos Grasos Monoinsaturados (71 %), y Ácidos Grasos Poliinsaturados (12 %). Gracias a esta mayor presencia de Monoinsaturados frente a los Poliinsaturados, el aceite de oliva es más estable que otros tipos de aceite vegetales. Esta composición se mantiene siempre aunque puede variar levemente debido al clima, suelo, si la aceituna se recoge madura o no, la variedad de la aceituna con la que se produce el aceite, etc..
Se conservan las propiedades
La estabilidad que esta mayor cuantía de Ácidos Grasos Monoinsaturados le da al aceite de oliva redunda en una menor oxidación frente al oxígeno. Y por lo tanto, en una mayor resistencia a la pérdida de ciertos elementos que son tan beneficiosos para nuestra salud como son los antioxidantes naturales. Además de conservar sus propiedades organolépticas de aroma y sabor que tanto apreciamos.
Esta estabilidad se hace aún más patente si cabe en el aceite de oliva Premium.
Por otro lado, la mayor estabilidad del aceite de oliva también permite freír los alimentos sin que se «queme», sin perder sus propiedades y así potenciar el sabor de nuestra cocina.
Algo tan típico de nuestra cocina mediterránea como es el aceite de oliva para cocinar y poder freír los alimentos en baño, es posible gracias a su estabilidad.
Finalmente, el Ácido Graso Monoinsaturado, aparte de la estabilidad comentada, es muy beneficioso en la prevención de enfermedades cardíacas. Por lo que a pesar de las calorías aportadas es conveniente consumirlo.
Resumiendo, todo son ventajas al consumir aceite de oliva y muy especialmente si es Virgen Extra. Siempre con moderación, guardando la proporción de calorías ingeridas y quemadas no engordaremos y nos beneficiaremos de las propiedades tan saludables del aove.
Espero os haya resultado interesante, nos leemos en el siguiente artículo! 😉👋