La variedad de aceituna Hojiblanca predomina en la provincia de Córdoba, Málaga y Sevilla, fundamentalmente. Y debe su nombre al tono blanco del envés de la hoja del olivo. También se le llama lucentina, por creerse que su origen está en la localidad de Lucena (comarca de la subbética cordobesa, provincia de Córdoba).
Aceite de oliva hojiblanca
Además, esta variedad de aceituna tiene un alto porcentaje de tocoferoles (vitamina E) y su zumo una estabilidad media (resistencia a la oxidación). Esto último hace que sea un aceite muy versátil en la cocina, pudiendo utilizarse tanto para freír como para tomar en crudo. De hecho, es el aove monovarietal más comercializado en España.
Debido a su contenido en ácidos insaturados es ideal en la prevención del colesterol. Además, por tratarse de un zumo con menos grasa que otros aceites también se recomienda para las personas que sigan una dieta sana y equilibrada. Otra característica muy común en los aove es su beneficio en la prevención de enfermedades cardíacas. Además de recomendarse su consumo a las personas que padecen de diabetes.
Esta versatilidad también se debe a la gran variedad de sabores y aromas. Asimismo, los que más caracterizan al aceite de hojiblanca son el dulce y el frutado, con un picante en la garganta y un regusto a almendra. Combina muy bien con cremas frías como el salmorejo, ensaladas, elaboración de pasta, pasteles, además de marinar pescados azules.
Cuando la aceituna se recoge temprano el aceite se caracteriza por ser frutado verde intenso, con aromas a hierbas, tomatera, plantas silvestres, además de picante y amargo en boca.